En 1889 la corporación municipal acuerda6 por unanimidad que “la pescadería de nueva construcción que se ha de establecer en esta Ysla se emplaza [sic] en la Rivera al sitio denominado de la Cruz
y hacia el Oeste de esta, y teniendo de frente diez y ocho metros por
igual de centro: que por ahora se componga el terraplén y muros de
contención, columnas de hierro y techo de cinc, formándose al efecto el
oportuno expediente...” Las
primeras noticias sobre la cobranza de arbitrios por parte del
Ayuntamiento sobre los puestos de venta de la lota aparecen en 18937.
Dos años más tarde, el 21 de febrero de 1.895, el Ayuntamiento recuerda la necesidad de la Pescadería
con objeto de imponer los arbitrios municipales con más eficacia. En la
sesión de aprobación del arbitrio de pescadería hubo desacuerdo entre
algunos concejales que consideraban ilegal el impuesto, tal como
manifestó Ruperto García de Vinuesa. Así las cosas aún no se había
construido edificio alguno para la lota, y así se expresó en la sesión
del 9 de enero de 1896, “que
estando aprobado y en vigor el arbitrio municipal sobre los puestos de
venta del pescado, para lo cual está destinado actualmente el terreplen
[...] entendía de absoluta y urgente necesidad, pensar los medios
hábiles para formar un terraplenado ó muelle [...] como base del
edificio de pescadería que en su día habrá de construirse”. El 9 de mayo el alcalde insistió “en la necesidad de atender la obra del terraplenado y empedrado del muelle de la Rivera, destinado a carga y venta de pescado”.
En
1897 se había acometido el deseado relleno. En 1899 siendo alcalde Juan
Zamorano Columé y habiendo observado cierta dejadez en la higiene de la
“Pescadería”, ordena la limpieza del sitio que cada uno ocupe, insiste
en no dejar sueltas las caballerías empleadas en el transporte del
pescado y del marisco por los exportadores, asimismo indicaba que no se
permitía la subasta fuera del sitio denominado “Pescadería”.
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